Actualizado el 4/22/2025
El peor atentado contra civiles en años sacude la región disputada por India y Pakistán, reabriendo tensiones y preocupaciones por la seguridad en la zona
Al menos entre 24 y 28 personas fallecieron y numerosas resultaron heridas el 22 de abril de 2025 en un brutal ataque perpetrado por hombres armados contra un grupo de turistas nacionales en la región de Cachemira, administrada por India. El atentado ocurrió en el valle de Baisaran, cerca de la ciudad de Pahalgam, uno de los destinos turísticos más populares de la zona, que en los últimos años se había promocionado intensamente tanto por su clima fresco en verano como por sus instalaciones para esquiar en invierno.
Según medios locales y autoridades policiales, los atacantes abrieron fuego de manera indiscriminada contra los turistas, causando lo que ha sido descrito como una masacre y el peor ataque dirigido a civiles en la región en varios años. Varios cuerpos y heridos tuvieron que ser evacuados de las colinas en vehículos todo terreno y a caballo. Testigos presenciales relataron escenas devastadoras, con personas tiradas en el suelo tras el tiroteo.
El primer ministro indio, Narendra Modi, condenó enérgicamente el hecho, calificándolo como un "ataque terrorista atroz" y prometiendo que los responsables "serán llevados ante la justicia". Por su parte, el ministro principal de Cachemira, Omar Abdullah, destacó la magnitud del incidente, superior a cualquier otro ataque reciente contra civiles en la zona.
Cachemira es un territorio de mayoría musulmana disputado por India y Pakistán desde 1947, y ha sido escenario de un conflicto armado y una fuerte insurgencia desde 1989, costosamente cobrada en vidas humanas durante décadas. India acusa habitualmente a Pakistán de apoyar a los grupos insurgentes, acusación que Islamabad niega, asegurando que solo respalda la lucha de los cachemires por la autodeterminación. Por el momento, ningún grupo ha reivindicado la autoría del ataque, pero este revive la preocupación internacional sobre la seguridad en la región y la fragilidad de la situación civil ante la violencia continua.